Retablos cerámicos

Devoción callejera

Desde tiempos remotos se han colocado pequeñas estructuras para cobijar imágenes expuestas a la veneración de los viandantes en los exteriores de los edificios.

Tuvieron gran difusión estas pequeñas capillas callejeras desde el siglo XVI como medio propagandístico de la doctrina trentina, encontrando la piedad popular un vehículo para materializar sus devociones en ellos.

Desde el siglo XVIII se les llamó retablos y, aunque su creación obedece al llamamiento a la devoción, estos siempre han tenido una función estética y ejerciendo, por ello, como elemento tradicional de exorno en los diferentes espacios públicos de la ciudad.

En el siglo XIX, su uso decaerá resurgiendo con fuerzas renovadas en el centuria pasada, aunque perdiendo su función cultual, es decir, la imagen representada es tan solo evocación de otra imagen, objeto de la real veneración.

Esto último hace posible que se puedan colocar en cualquier sitio por inusual que parezca: lugares de trabajo, tiendas, garajes, talleres, bares y tabernas. Igualmente, se opta por un material más duradero como es la cerámica, denominándose desde entonces como retablos cerámicos.

Todo ello explica que, a partir del siglo XX, sean las propias hermandades y cofradías penitenciales las que impulsen la colocación de retablos cerámicos en las calles, evocando la efigie de sus más veneradas tallas.

En el caso de nuestra Archicofradía, contamos con varios retablos en el callejero de nuestra ciudad malacitana. No son exactamente propiedad de nuestra Corporación, pero al representar a nuestros Sagrados Titulares, queremos hacer una breve reseña de los mismos, por el valor sentimental que tienen para nuestra Archicofradía.

Santísimo Cristo de la Sangre

El mosaico, obra de Daniel García Romero y bendecido en la tarde del Miércoles Santo de 2021, es una pieza monumental de 2,40 metros por 1,65 metros (15 por 11 azulejos), enmarcado en bastidor metálico y rematado de tejaroz junto a dos faroles de forja, diseñados y realizados por Orfebrería Montenegro, que lo alumbran. La hechura de este colosal mosaico fue sufragada por la Delegación de Hombres de Trono así como diferentes aportaciones de hermanos y devotos del Señor.

En la obra se combinan diversas técnicas como el craquelado del fondo de la decoración de la cenefa, la cuerda seca en la cenefa decorativa, el fondo negro adamascado y los clavos del Señor, o el azulejo plano pintado de las cartelas, la rotulación o la propia imagen del Santísimo Cristo de la Sangre.

El retablo cerámico se compone de una cenefa con ornamentación en color miel simulando al dorado con detalles en rojo, mientras el fondo negro, predominante en el mosaico, recrea un damasco basado en el arte mozárabe y realza la presencia de la figura del Santísimo Cristo, que luce corona de espinas y presenta la tan característica llaga del costado y su típico mechón de pelo.

La cruz del Señor descansa sobre un querubín central, ubicándose debajo la tarjeta con la advocación y los 3 clavos. En la esquina inferior izquierda, se representa en una cartela la fachada de nuestra Sede Canónica histórica, la iglesia de la Merced. Otra cartela situada en la esquina inferior derecha representa nuestra actual Sede Canónica, la iglesia de San Felipe Neri.

Sobre estas cartelas aparecen otros dos querubines, nombrados como Baena, en alusión a nuestro Hermano Mayor y Fundador de la Agrupación de Cofradías, y Patricia, en memoria de una hermana de la Archicofradía. Ambos sostienen una banda en la que se incluyen distintos nombres de personas allegadas a los componentes de los submarinos y de la Corporación. De estos querubines surge la simulación de las columnas de nuestro retablo en la Merced.

Otras pequeñas cartelas aparecen sobre las columnas, con el corazón traspasado por siete puñales que simboliza a nuestra Madre Dolorosa y el pergamino y la pluma que representan a San Juan Apóstol, ambos presentes en nuestro misterio procesional.

Justo sobre la cruz encontramos una naveta en cuya vela mayor se representa el anagrama de María, representando así esta barquita a nuestra Venerada Titular Mariana, María Santísima de Consolación y Lágrimas, y a nuestros hermanos del trono de la Virgen, así como también la popular leyenda de nuestro Cristo.

Culmina el retablo callejero el tejaroz, con referencias a nuestra iglesia de San Felipe Neri como las tejas de color blanco y verde o el versículo del Salmo 89, escrito en el cielo del tejaroz en latín, que aparece en las bóvedas del presbiterio: «Dios, Tú has sido nuestro Refugio generación tras generación».

Finalmente, los faroles simulan a los que escoltaban el retablo de nuestros Titulares en la Merced, compuestos por dos querubines, completando así los cinco que escoltaban al Santísimo Cristo en la antigüedad.

Este azulejo sustituye al realizado por el taller de Alicia Guerrero, en concreto por la pintora Natalia Fernández, de 2009 y que se encuentra en la Casa Hermandad.

(Fotografía: José Manuel Leiva Pérez)

María Santísima de Consolación y Lágrimas

Otro retablo representa a María Santísima de Consolación y Lágrimas, ubicándose en la fachada lateral de nuestra sede canónica, la Parroquia de la Santa Cruz y San Felipe Neri, en la calle Gaona.

Pintado por Patricio Zabala García, bajo el diseño de Salvador de los Reyes Rueda, fue realizado por Cerámica Santa Ana (Triana, Sevilla) en 2004, consta de unas medidas apróximadas de 1,35 por 1,95 metros.

Este retablo se realizó por impulso y donación de las camareras de la Virgen con motivo del 75º aniversario de la bendición de la misma y que coincidió, además, con el 150º aniversario del Dogma Inmaculista. Por este motivo, el retablo recoge la siguiente leyenda: «A María Santísima de Consolación y Lágrimas en su 75º Aniversario, de sus camareras. 1929 – 2004. 150º Aniversario del Dogma de su Inmaculada Concepción.»

(Datos y foto recogidos de la web «Retablo Cerámico». Fotografía: José Manuel Leiva Pérez)

Santísimo Cristo de la Sangre

Este retablo, que representa a nuestro Sagrado Titular, fue pintado por Inmaculada Delgado y realizado por Cerámica Santa Ana (Sevilla) en el año 2005, con unas medidas aproximadas de 0,90 por 1,20 metros.

Lo podemos contemplar situado frente a la popular «Tribuna de los Pobres», en la fachada del Hotel Tribuna, en la desembocadura de la calle Carretería.

(Datos y foto recogidos de la web «Retablo Cerámico». Fotografía: José Manuel Leiva Pérez)

500º Aniversario de la Archicofradía

Este azulejo, del año 2007, aunque no represente a ninguno de nuestros Sagrados titulares, tiene un alto valor sentimental por la conmemoración tan importante para la Archicofradía y la historia de la Semana Santa de Málaga que recuerda.

Se realizó con motivo del 500º Aniversario de las Primeras Constituciones de nuestra Archicofradía, ubicándose en el edificio que hoy ocupa el lugar en el que antaño se erigiera la iglesia conventual de la Merced, nuestra primitiva sede canónica. En el azulejo, además de la inscripción que explica estos hechos, aparece una reproducción de la fachada de dicha iglesia.

Santísimo Cristo de la Sangre

Este azulejo, del año 2009, fue realizado por el taller de Alicia Guerrero, en concreto por la pintora Natalia Fernández, con un tamaño de 75 por 45 centímetros.

Se realizó con motivo de la dedicación a nuestro Sagrado Titular de la plazuela que se ubica frente a la puerta principal de la Parroquia de la Santa Cruz y San Felipe Neri y que desde el 29 de marzo de dicho año, Domingo de Pasión, lleva el nombre de nuestro Cristo. Por este motivo, en la parte inferior de la orla del retablo se recoge la leyenda: «Plazuela Stmo. Cristo de la Sangre».

Actualmente, este retablo se encuentra en las dependencias de la Casa Hermandad, ya que fue sustituido por el retablo monumental realizado por Daniel García Romero en 2021.

(Datos y foto recogidos de la web «Retablo Cerámico». Fotografía: Alicia Guerrero)