Faroles

Descripción

Está compuesto de un cuerpo cuadrado con ochavas terminada en una cúpula, acristalado en cuatro de sus caras cuyo interior se ilumina con cera blanca, teniendo como remate una corona imperial que hace las veces de toma de aire y salida de humos del interior; la cúpula va calada en sus fondos para una mayor respiración del cirio. La parte alta posee un sistema de bayoneta, contrafuertes y adornos superpuestos, en cada cara va incrustado sobre una cartela el escudo de la Archicofradía.

Este cuerpo descansa sobre una macolla en forma de pileta y a su vez sobre un nudete de donde parte el asta o mástil, integrado en cuatro tramos separados entre sí por varios nudetes para darle mayor vistosidad.

Simbología

Su origen hay que situarlo durante el Siglo XVIII, derivándose de los que iluminaban al Santísimo en las procesiones Eucarísticas. Su función es la de alumbrar, se suelen utilizar en la cabeza del cortejo procesional custodiando a la Cruz-Guía, como es en nuestro caso, hay quien también los llevan custodiando y alumbrando al estandarte.

Diseño y autor

El diseño y autoría de los mismos corresponden al orfebre cordobés Francisco Díaz Roncero e Hijos, quien los realiza en 1997.

Técnica y materiales

Los faroles están repujados y cincelados en plata de primera ley (925 milésimas) y oro fino para la heráldica y remates dándole mayor realce a la pieza.

Peso y medidas

Su peso es de 7,5 Kg aproximadamente, el cuerpo cuadrado del mismo mide 12 cms x 12 cms la parte alta y 11 cms x 11 cms la parte baja; el mástil tiene 35 mms de diámetro, siendo su altura completa 2,12 m.