El sábado, 4 de julio, tuvo lugar el Solemne Culto en honor a nuestro Sagrado Titular, el Santísimo Cristo de la Sangre, con motivo de la Festividad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, que se celebró el 1 de julio.

Este año, y debido a la situación actual de la pandemia del Covid-19, nuestra Archicofradía no pudo instalar el altar efímero, ni tampoco celebrar el tradicional besapiés, con el que honramos y veneramos al Cristo de la Sangre. No obstante, el equipo de albacería exornó la capilla de nuestra Corporación, disponiéndose varios candeleros que alumbraban al Señor, a los pies del cual se encontraba un gran centro de rosas rojas. Las columnas se decoraron también con guirnaldas.

Estampa histórica nos dejaba este año el culto al Señor de la Sangre, al ubicarse su Bendita Madre de Consolación y Lágrimas en una de las capillas que circundan el altar mayor, ante uno de los lienzos de pintor Raúl Berzosa, concretamente, el de la Aparición de la Virgen a San Felipe. Estampa ésta muy llamativa y que fue muy fotografiada por hermanos, devotos y curiosos.

La Solemne Celebración Litúrgica tuvo lugar a las 19:30 horas del sábado, ante una abarrotada iglesia de San Felipe, cuyo aforo se vio mermado por las estrictas medidas de seguridad, pero que no fue óbice para que la iglesia estuviera llena de hermanos que no quisieron faltar a su cita y reencontrarse con el Cristo de la Sangre, aunque este año fuera desde la lejanía de su capilla. Habrá que esperar un año más para poder postrarnos a sus pies, como cada inicio del mes de julio.

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